sábado, 28 de noviembre de 2015

La maldición de la austeridad

El diccionario define austeridad como sencillez y moderación. Como en todas las cosas también existe una buena y una mala austeridad. La buena austeridad sería aquella en que las clases más ricas y pudientes se apretaran el cinturón, dejaran de lujos y despilfarres y el estado pudiera ahorrar y redistribuir la riqueza. De esta forma, los menos favorecidos por la lotería natural o social podrían vivir dignamente.
Pero no es así como nuestros gobernantes entienden la austeridad. Aquí se dedican a recortar la seguridad social, la sanidad o la educación; a bajar los salarios hasta niveles degradantes; a despreciar la incorporación laboral de los jóvenes, etc. Al mismo tiempo, se aumentan los impuestos a quienes tienen un salario o, incluso, a quienes reciben una ayuda para subsistir. Con todo lo que se ahorra se financia a los bancos y a las grandes empresas. En España el mayor ajuste se ha producido en los hogares con menos recursos. Todo un éxito en la aplicación de esta mala austeridad: actualmente ya somos el país europeo donde más ha crecido la desigualdad.
Pero la austeridad no es una maldición, ni un revés de la naturaleza. Es una política económica, gestionada por un gobierno y que, por lo tanto, se puede y se debe cambiar. Ya es hora de hacer otro tipo de deberes que no sean los del Fondo Monetario Internacional, con sus “excelentes” directores gerentes.
Podemos elegir entre una buena y una mala austeridad. ¿Saben qué se podría hacer con los 67.000 millones de euros que, según el Banco de España, nos ha costado el rescate bancario? ¿Cómo cambiaría la situación de nuestros jóvenes?
Ustedes mismos.
Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo. (28/11/2015)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: 
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/maldicion-austeridad_964410.html

sábado, 14 de noviembre de 2015

Morir de mejoría


Cuenta Kant que un médico no hacía sino consolar a su enfermo todos los días con el anuncio de su próxima curación, mientras el enfermo cada vez se sentía peor. El enfermo recibe la visita de un amigo: ¿qué tal va esa enfermedad?, le pregunta. ¡Cómo ha de ir! ¡Me estoy muriendo de mejoría!
Nuestros gobernantes hacen lo mismo, la diferencia está en que son ellos, su incompetencia, quienes provocan la enfermedad. ¿Cómo puede nuestro presidente decir sin sonrojarse que “España puede sentirse orgullosa porque ha podido superar la peor crisis sin permitir que nadie se quede al borde del camino”? ¿Cree sinceramente que somos tan imbéciles para ignorar los cerca de dos millones de familias donde no entra salario alguno? ¿Qué pensarán los millones de parados que ya saben que no volverán a trabajar? ¿Y los jóvenes condenados a vivir en casa de sus padres o a buscar cualquier tipo trabajo en otros países, sin expectativas ni futuro? Llevamos 6 años saliendo de la crisis y la situación está cada vez peor. Posiblemente crezca la economía, pero lo hace al mismo tiempo que bajan los salarios y perdemos derechos sociales ganados a pulso. Póngale ustedes el nombre que quieran a una economía que hace más ricos a los ricos y más pobres a los pobres. Pero les aseguro que justa no es.
A pesar de tanta mejoría, se nos recomienda que haríamos bien en tener un plan de pensiones, contratar un seguro médico por nuestra cuenta, pagar una sanidad privada, etc. Alguien podrá pensar: ¿y los que no puedan pagarlo? Ya saben, que se j…

Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo. (7/11/2015)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: 
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/morir-mejoria_961994.html

sábado, 7 de noviembre de 2015

Separatismos


Con unas elecciones generales a la vuelta de la esquina deberíamos estar hablando de cómo está nuestra sociedad, de qué se ha hecho de las promesas electorales. Por ejemplo: de cómo afrontar la vergonzosa desigualdad social y económica que padecemos; de cómo recuperar a los jóvenes; de qué hacer con los restos de una sanidad pública hasta hace bien poco orgullo de todos; de cómo remontar el descrédito del sistema judicial o de las televisiones públicas, etc.
En vez de eso la opinión pública fabricada por los medios de comunicación nos empuja a discutir una vez más sobre la unidad de España, nos fuerza a hablar sobre sentimientos y emociones patrióticas, cuando bien sabemos que es lo más fácil de manipular. Basta con taparse las vergüenzas con una bandera. De eso sabemos mucho por estas tierras. Aunque al final, de poco sirvió.
Por supuesto que es importante la identidad nacional, el sentimiento de pertenencia. Por supuesto que tenemos el derecho a decidir si queremos estar juntos o irnos a otra parte.
Pero el problema es definir estos derechos a partir de los sentimientos, lo peligroso es que tenga que ser una amalgama de políticos, sin apenas apoyo popular cada uno por su cuenta, quienes decidan cuándo, cómo y por qué.
A no ser que aquello que estén buscando quienes quieren separarse y quienes quieren impedirlo como sea es ocultar la realidad, correr una cortina de humo para esconder la corrupción, la desidia o la incompetencia.
De lo que quieren independizarse es realmente de su compromiso, de sus obligaciones con la justicia social y económica, con la igualdad y la defensa de los más desfavorecidos. Lo están consiguiendo.
Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo. (7/11/2015)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: 
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/separatismos_960641.html

jueves, 5 de noviembre de 2015

García-Marzá adverteix de la perillositat de les neurociències quan es converteixen en ideologia i manipulació

El catedràtic d’Ètica de la Universitat Jaume I, Domingo García Marza, ha destacat en una conferència la importància de les neurociències però, a la vegada, ha advertit de la seua perillositat quan es converteixen en ideologia i manipulació. El filòsof ha impartit la conferència «Neuroètica i neuropolítica: de la ciència a la manipulació» dins de les activitats de la Setmana de Benvinguda organitzada pel Consell de l’Estudiantat.
García Marzá ha usat tres arguments per explicar perquè les neurociències no són tan neutrals. En primer lloc ha comentat l’actual gir neurocèntric per introduir el concepte de colonianisme neurocèntric, on disciplines com la neuroètica es presenten com la nova filosofía. García Marzá s’hi ha preguntat on queda la responsabilitat moral si «es pot demostrar neuro científicament que el cervell funciona de forma independent a les nostres decisions conscients i voluntàries» i considera que «els conceptes de llibertat i autonomia, de responsabilitat, de deures i obligacions, cauen perquè estem parlant de reaccions elèctriques i químiques».
En segon lloc, s’ha referit a l’auge d’aquestes disciplines, com el de la neuropolítica, que permet introduir les bases biològiques en la moral, però que s’extralimita a l’afirmar que s’ha acabat la política i la filosofia i que neurones com les «neurones espill» (vinculades a la compassió, reciprocitat i empatia) són suficients per instaurar una nova ètica.
García Marzá ha parlat del concepte de neuropoder com tercer argument per explicar com les neurociències es converteixen en tecnociències i són capaces de canviar, mitjançant pròtesis o química, els nostres sentiments o desitjos.
No obstant això, el catedràtic ha donat tres raons per a no mostrar-se pessimista, comentant que no és tan fàcil interpretar les dades que ens proporciona un escàner, ni convertir lo mental en físic, perquè les lleis del món natural no són les mateixes que les del món social. També ha fet referència a la no neutralitat dels sentiments en indicar que «el neuropoder demostra una cosa molt senzilla, que les emocions no són neutres, les emocions estan culturalment construïdes. Per això el més important és com es confirmen, ja que el 70% són cultura i el 30% biologia. El 70% continua estant en les nostres mans, de ací la importància de l’educació».
García Marzá ha assegurat que es necessari un diàleg entre disciplines per introduir d’una forma positiva els avanços de les neurociències en l’ètica, la política, la filosofia i l’educació.
Informació extreta de: http://ujiapps.uji.es/com/noticies/2015/11/1q/neuroetica/ (Servei de Comunicacions i Publicacions de la Universitat Jaume I).