sábado, 9 de enero de 2016

Alquilarse

Recuerdo el frío y la plaza llena de gente. Unos, los menos, con sombrero; otros, los más, con gorra. Los de sombrero señalaban con el dedo, apenas sin hablar, seleccionando quién trabajaría el día siguiente y mostrando así públicamente quién era honrado y buena persona o quién un vago o un simple mangante. Decidían la buena reputación y también el estigma, la vergüenza de volver a casa sin haber podido alquilarse. Qué palabra más infame, aunque describa muy bien la realidad.
Hoy, 50 años después, la situación vuelve a ser la misma, pero sin la plaza pública. Lo único que hemos conseguido es que la injusticia se oculte, ya no es políticamente correcta, no queda bien. Ahora se llama a la puerta de los comercios para suplicar un contrato a tiempo parcial, sabiendo que se trabajará el doble de horas; se implora en los restaurantes por una faena, por supuesto en negro, con la que sumar algo a la pensión y ayudar a hijos y nietos; se mendiga ante las empresas de trabajo temporal con un “por favor, explótenme”. Alquilarse, servir a otro por algún pago. Incluso existen cínicos que le echan la culpa de la crisis a quienes no han sabido alquilarse bien.
La injusticia no es una adversidad, es el resultado de una determinada política. Mientras las grandes empresas ganaron en 2015 un 30% más que el año anterior, las pequeñas se ahogan y el gobierno ofrece su limosna de fin de año subiendo el salario mínimo y las pensiones un par de euros. Muchas gracias por seguir señalando. Igual este año que empieza aprendemos y se lo agradecemos con los votos. 


Domingo García-Marzá. El Periódico Mediterráneo. (09/01/2016)
El texto se puede consultar en la versión digital del Periódico Mediterráneo: 
http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/contra/buen-politico_967568.html

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